La región que abarca el sector de Challupén, el lago Calafquén y el Volcán Villarrica presenta una rica historia natural, moldeada por la interacción de fuerzas geológicas, biológicas y el poblamiento humano a lo largo del tiempo.

Geografía y Geología
El área se encuentra en la cordillera de los Andes, en las regiones de La Araucanía y Los Ríos, en el sur de Chile. La topografía está marcada por la presencia de grandes volcanes andinos como el Villarrica (también conocido como Rucapillán o Ruka Pillan), el Quetrupillán y el Lanín. Estos volcanes, particularmente el Villarrica, han ejercido una influencia fundamental en el paisaje. El relieve actual es el resultado de la actividad volcánica y de la última glaciación. Los lagos de la zona, como el Calafquén y el Villarrica, son de origen glaciar y se formaron por el represamiento de morrenas y la acción de los antiguos glaciares. La ladera sur del volcán Villarrica en el sector de Challupén es una muestra viva de este dinamismo, donde flujos de lava de erupciones históricas han creado un terreno único sobre el que la vida ha comenzado a renacer.
El sector de Challupén y la ladera sur del Volcán Villarrica forman parte del Parque Nacional Villarrica, un área protegida que se extiende por las regiones de La Araucanía y Los Ríos en Chile. Su relieve es variado, con volcanes, lagos, ríos y densos bosques. El ecosistema es un claro ejemplo de la sucesión natural tras eventos geológicos, como la erupción del volcán Villarrica en 1971, cuyo flujo de lava llegó al sector de Challupén y al norte del lago Calafquén, creando un paisaje único donde la vida vegetal y animal renace sobre la roca volcánica.
Los paisajes incluyen lagunas de origen glaciar y volcánico, como los “Laguitos de Challupén”, que son ideales para el senderismo y la observación de la naturaleza.
Flora y Fauna
El ecosistema de Challupén está dominado por una flora diversa, en donde los bosques templados lluviosos compuestos por fagáceas y coníferas con especies arbóreas emblemáticas como la araucaria (Araucaria araucana), el coigüe, el roble y la lenga, adaptadas a las condiciones climáticas de la zona forman parte de la Reserva de la Biósfera Araucarias de la UNESCO. En el sotobosque se pueden encontrar arbustos como el notro, la quila y el maqui. La flora del parque es diversa, predominando bosques de fagáceas y coníferas, con árboles emblemáticos como la araucaria y el coigüe. Los paisajes incluyen lagunas de origen glaciar y volcánico, como los “Laguitos de Challupén”, que son ideales para el senderismo y la observación de la naturaleza.
La fauna también es representativa de estos ecosistemas andinos y lacustres. Entre las especies de mamíferos se pueden encontrar el pudú (un ciervo pequeño y esquivo), el degu de Bridges y el zorro. Las aves son abundantes, con especies como el pájaro carpintero, el pato real, la bandurria, el halcón peregrino y el loro tricahue. Los cuerpos de agua son hogar de anfibios como la ranita de Darwin y la percatrucha.
Cabe señalar que en Challupén y en el Lago Calafquen se encuentran los relictos más australes del Pewén o Araucaria araucana. A partir de ahí hacia el sur comienza el ecosistema denominado Selva Valdiviana.
Poblamiento humano en la zona: el Alero Marifilo-1
La historia humana de la región se remonta a miles de años. El sitio arqueológico Alero Marifilo-1, ubicado en la costa norte del lago Calafquén, es un refugio rocoso que ha sido clave para entender la ocupación temprana de la zona. Las investigaciones han revelado que el alero fue utilizado por grupos humanos de forma intermitente desde el Holoceno Temprano (hace aproximadamente 10.200 años) hasta el período alfarero tardío (cerca del año 1400 d.C.), lo que lo convierte en uno de los sitios con las ocupaciones más antiguas registradas en la Patagonia septentrional.
Los hallazgos en Alero Marifilo-1 incluyen artefactos líticos (herramientas de piedra) y restos de fauna que demuestran la presencia de sociedades de cazadores-recolectores adaptadas a los bosques templados andinos y lacustres. El estudio de estos restos ha proporcionado valiosa información sobre las estrategias de movilidad y subsistencia de estas poblaciones tempranas en la región, enmarcando el poblamiento inicial de esta zona de la Patagonia chilena.
Los hallazgos arqueológicos, como herramientas de piedra y restos óseos de animales, han permitido a los investigadores comprender las estrategias de vida y movilidad de estas sociedades prehistóricas. El poblamiento posterior de la región incluye a los primeros habitantes del actual Chile central y sur, quienes se adaptaron a los cambios ambientales y la actividad volcánica.
